Muchas mujeres luchan con problemas de salud y tienden a dejarlos atrás de sus prioridades. ¿Por qué? Principalmente por el tiempo.

Muchas personas ponen el cuidado de los demás y de todo lo demás antes que cuidarse a sí mismos.

Debido a que nunca nos tomamos el tiempo para escuchar completamente a nuestro cuerpo, cuando ocurren cambios en la vida, el cuerpo no está equipado para aceptar los cambios o reparar el daño que se ha hecho.

Esa fui yo en un momento de mi vida; presentaba frecuentes migrañas y problemas digestivos porque estaba demasiado ocupada cuidando a mi familia, estrés crónico  y trabajando más de 40 horas a la semana en mi trabajo corporativo.

Recuerdo a ver tenido fuerte ataques de ansiedad, los cueles nunca quisiera repetir. Siempre estaba tan ocupada que nunca tenía tiempo para prestar atención a mi cuerpo o considerar mi bienestar.

​También comencé a experimentar ciertos cambios en mi cuerpo, como ciclos menstruales irregulares, cambios de humor, caída del cabello, etc. Había momentos en que sentía ganas de llorar o estaba deprimida sin causa aparente.

Recuerdo claramente el día que fui a ver a mi médico de cabecera y recibí una receta de antidepresivos la cual nunca busque.  Creo que Dios quería revelarme lo simple que es obtener medicamentos  para la depresión sin tener que presentar más exámenes.

Mis niveles de estrés eran tan altos que estaban afectando mi relación con mi familia. En donde llegue al punto de elegir por mi propio bienestar.Estoy sumamente agradecida por el apoyo de mi esposo porque pude cambiar de carrera.